LA ESCUELA DE FRANKFURT: LA DESTRUCCIÓN DE LA CULTURA OCCIDENTAL Y EL ORIGEN DEL NEOMARXISMO

Los pensadores europeos que asentaron las corrientes marxistas en EEUU / Webs

POR: ÁLVARO ARTEAGA.- Los teóricos marxistas de inicios de siglo pasado veían como se derrumbaban sus ilusiones de ver consolidada su tan anhelada igualdad social, eliminación de fronteras y gobiernos proletarios y cuando por fin deciden analizar el porqué de tan rápido fracaso, llegan a una conclusión predecible: todo era culpa de la poca capacidad de los trabajadores para entender ideología tan “elevada”.

Nunca pasó por su análisis lo irrealizable de tales ideas y tampoco que aquellos trabajadores buscaban algo muy diferente a esa forzada igualdad; ellos querían trabajar para vivir cada día mejor.

LA NECESIDAD DE REINVENTAR EL MARXISMO

Es donde toman protagonismo Antonio Gramsci en Italia y Georg Lucáks en Hungría que llegan a la misma conclusión: el fracaso del marxismo no se debía a lo imposible de sus ideas sino a las bases de la cultura occidental y del cristianismo, el enemigo ya no era Wall Street, ahora apuntaban al Vaticano.

Y Lukács decía al respecto:

…este cambio mundial de valores sólo puede llevarse a cabo mediante la   aniquilación de los viejos y la creación de otros nuevos por los revolucionarios.

Por su lado Gramsci apuntaba que los trabajadores no entenderían sus verdaderos intereses hasta que se liberen de la cultura occidental y del yugo de la religión cristiana, fortaleciendo aquella famosa frase de Marx: “Die Religion sie ist das Opium des Volkes”. Dando a entender que el comunismo los liberaría de tal enceguecimiento revelándoles sus verdaderos intereses.

Antonio Gramsci daba un giro al concepto de revolución, hasta el momento usado por el marxismo, defendiendo una estrategia de revolución pausada y no violenta, mediante la infiltración de sus ideas en los pilares de la cultura y la religión durante un largo periodo de tiempo, para destruirla desde dentro aplicando la psicología, siendo sus objetivos las tradiciones, las creencias y la moral.

“Sólo se puede hablar con propiedad de revolución cultural si la protesta va dirigida al conjunto de la cultura, incluyendo los principios morales de la sociedad.” 

“Podemos afirmar que la idea tradicional de revolución y la idea tradicional de la estrategia revolucionaria han terminado. Son ideas anticuadas. Lo que debemos llevar a cabo es una forma difusa y dispersa de desintegración del sistema cultural.”

“El mundo civilizado ha sido saturado de cristianismo durante dos mil años. Por ello, una tal cultura, basada en tal religión, sólo puede ser vencida desde dentro.”

(Todas las citas anteriores de Antonio Gramsci)

Entre las estrategias de este pensador estaban la de crear un frente fuerte con grupos no necesariamente de izquierda como ser los ambientalistas, el feminismo radical, el lobby gay, de los cuales no le importaba sus exigencias pero si le eran muy necesarios para destruir la cultura occidental psicológicamente, promoviendo el odio a la raza, religión, nacionalidad, etc., aplicando incluso un nuevo lenguaje para crear una imagen favorable a sus interés en las mentes de las personas, como por ejemplo llamar progresistas a quienes comulgaran con sus ideas así no tenga nada de sentido. La resistencia al Marxismo Cultural decía, sería totalmente inútil. Y se encerraría a los posibles disidentes en una jaula de hierro. Construcción de la nueva realidad la llaman algunos sin sonrojarse.

Hasta aquí los antecedentes de la futura escuela de Frankfurt.

Antonio Gramsci, el marxista italiano que sentó las bases del marxismo cultural / WEBS

ESCUELA DE FRANKFURT

Es en 1923 e inicialmente llamado Institut für Sozialforschung para pasar luego a llamarse simplemente Escuela de Frankfurt que se funda al interior de la Universidad del mismo nombre con un fin concreto: el desarrollo de un nuevo marxismo, diferente al marxismo revisionista (parlamentario) de Eduard Bernstein y Jean Jaurès y al Marxismo revolucionario (modelo soviético).incorporando peligrosamente las teorías de Sigmund Freud.

Al inicio este tanque de pensamiento, y teniendo como segundo presidente a Karl Grünenberg, continúa con una línea dirigida al estudio económico de índole marxista teniendo un relativo éxito que podríamos calificar como predecible.

En 1931 toma la dirección de la Escuela Max Horkheimer y retoma las ideas de Lukács dirigiendo sus esfuerzos ya no al campo económico y al proletariado, sino a destruir la cultura desde su interior, él tenía muy en claro que el marxismo era superado sin problemas por el capitalismo tanto teórica como prácticamente.

“El materialismo desde Hobbes había llevado a una actitud de dominancia manipulativa frente a la Naturaleza…” decía.

Es durante su dirección que se introducen con más fuerza las teorías del psicoanalista Sigmund Freud para argumentar que en la cultura occidental los individuos vivían bajo una represión psicológica y sexual y que estas eran las causas de su infelicidad, con tal análisis pusieron en marcha los planes de una dirigida educación sexual (experimento que intentó con un rotundo fracaso Lukács en Hungría siendo ministro de educación).

Un evento demasiado importante en esta primera etapa de la Escuela de Frankfurt es la entrada de Theodor Adorno y Erich Fromm, considerados por muchos como los miembros más brillantes de su época, y es que apoyados de las teorías freudianas darán fuerza a su política de liberación sexual. Fromm era conocido por su visión de que la masculinidad y feminidad no se debían a condiciones hormonales o genéticas, sino que derivan de los roles fijados por la sociedad, afirmando que el sexo es algo manipulable.

Es donde el proyecto inicial de Lukács empieza a tomar forma de lo que luego se convertiría en la dictadura de la corrección política, y a los trabajos de Fromm y Adorno se suman Bruno Bettelheim, psiquiatra infantil y Leo Lowenthal, especialista en medios de comunicación de masas.

Durante este periodo es necesario e importante mencionar a Walter Benjamín, Filósofo que crea las bases de la corrección política y es en sus estudios que se apoyan abiertamente otros posteriores como: 

El “Post-estructuralismo” de Roland Barhes, las ‘Microestructuras del poder’ de Michel Foucault, el  Deconstruccionismo” de Jacques Derrida y la ‘Semiótica’ de Umberto Eco.

Universidad de Columbia en New York, la primera en abrazar las ideas académicas comunistas / GOOGLE

LA ESCUELA DE FRANKFURT CRUZA EL OCÉANO ATLÁNTICO Y LOGRA SUS OBJETIVOS

En 1933 perseguidos por lo que ellos mismos denominan como fascismo, salen de Alemania con el objetivo puesto en los EEUU pero haciendo algunas escalas en otras capitales de Europa para esparcir la semilla de su pensamiento y es en una de estas escalas que Horkheimer y Fromm se plantean los beneficios para su causa que tendría romper el sistema patriarcal en favor de uno matriarcal, sentando las bases del famoso estudio sobre “La Personalidad Autoritaria”.

Recién llegados a USA fueron recibidos con los brazos abiertos por la Universidad de Columbia de línea abiertamente izquierdista y desde donde estos personajes comenzarían su ataque a la burguesía pero guardarían un silencio cómplice sobre los gulags, juicios, masacres, purgas, etc. llevados a cabo por bolcheviques y trotskistas.

Con la apertura de universidades como Princeton, Brandéis y Berkeley a las teorías de esta escuela, los pensadores francfortianos verían su proyecto lo bastante cimentado para ponerlo en marcha al otro lado del Atlántico. Sorprendentemente sus ideas fueron muy bien recibidas por un público abierto a nuevas teorías y empiezan sutilmente introduciendo un neo-lenguaje en el que se leían palabras como ”tolerancia”, o nuevos conceptos donde el llamado a ser el héroe que se enfrentaría a la “personalidad autoritaria” ya no sería el sujeto revolucionario sino el “demócrata”.

La idea era clara, hablar con términos diferentes para conquistar poco a poco a esa corriente tímidamente izquierdista norteamericana.

Como muestra de ese lavado de cerebro nos remitimos al libro escrito por Theodor Adorno –La Personalidad Autoritaria- ayudado por tres psicólogos de Berkeley que en una parte dice: «la gente en Estados Unidos tiene tics fascistas y que cualquiera que defienda la cultura americana -y por extensión la occidental toda-, está desequilibrado psicológicamente». No es necesario analizar a fondo esta frase para darnos cuenta que el lavado cerebral que intentaba el autor de este libro era frontal y arriesgado, con un lenguaje simple y directo, algo que pronto cambiaría el ala europea de la Escuela de Frankfurt.

Adorno obtiene con este libro dos resultados exitosos: por un lado que se empiece a llamar fascista a todo aquel que no esté de acuerdo con esta corriente “progresista”. Y por otro lado crear el síndrome del “mea culpa” solo aplicable a la cultura occidental pero específicamente al hombre de raza blanca, heterosexual, que era definido como patriarca opresor, que sostenía una estructura familiar que generaba niños con una personalidad fácil de definir, y quienes heredaban esta personalidad apoyaban, defendían y promovían el fascismo, término redefinido por los francfortianos a su conveniencia y que hasta nuestros días se entiende como racismo.

En conclusión a la obra de Theodor Adorno, siempre desde su análisis freudiano-marxista, aquellos que presentan una personalidad autoritaria (léase hombres blancos, heterosexuales y todos aquellos que defienden la familia tradicional y los valores de la cultura occidental) son enfermos mentales que necesitan tratamiento por medio de una terapia adecuada.

Para este gran problema del hombre occidental, que ellos habían inventado, ellos también crearon la solución: una terapia de masas desde el sistema educativo y los medios de comunicación.

“La escuela y la prensa son los dos puntos de partida desde los que el mundo se deja renovar y refinar, sin sangre ni violencia.  La escuela alimenta o envenena el alma del niño, tal como la prensa hace con el alma del adulto. Y he aquí que ambas instituciones se encuentran hoy en manos de una inteligencia no espiritual. Y que devolverlos a las manos del espíritu es la máxima tarea acometible por cualquier política idealista, de cualquier revolución idealista.”

Esta frase de Nikolaus Coudenhove-Kalergi resume muy bien el plan que estaban poniendo en marcha los miembros de la Escuela de Frankfurt que, como vimos, ya habían tomado varias universidades de USA y sus ideas estaban siendo muy bien recibidas por la población.

Uno de los modelos de Lazarsfeld aplicado a la manipulación de la comunicación de masas / WEBS

PROYECTO RADIO

En 1937 la Fundación Rockefeller pone el capital para la creación de la Oficina de Investigación de la Radio – “Proyecto Radio” cuyo primer director fue Paul Lazarsfeld antiguo y activo colaborador de la Escuela de Frankfurt. El fin para el que el proyecto estaba formado era claro, se buscaba comprobar empíricamente las tesis de Adorno y Benjamín sobre la capacidad de los medios de comunicación para llevar a cabo un “masivo lavado de cerebro”.

Paralelamente la Escuela de Frankfurt desarrollaría la “Dinámica de los Prejuicios”, que junto a la “Personalidad Autoritaria” forma parte del “Estudio sobre los Prejuicios”, y tenía como intención final probar de forma concluyente que los problemas descritos en este estudio se podían erradicar sometiendo a la población a una larga sesión de psicoterapia de masas. El “Entrenamiento de Sensibilización”, como llamaban ellos a estas técnicas para lograr sus objetivos fue desarrollado por Kurt Lewin y Abraham Maslow, aplicado progresivamente en las escuelas públicas y posteriormente en las instituciones militares, apuntaba a “la dinámica del común destino grupal” donde los profesores ya no enseñaban sino pasaban a ser simples facilitadores de grupo.

Guiándose en el libro escrito por Lewin “El arte de la facilitación” donde se encuentra el manual utilizado durante los “entrenamientos de sensibilización”, los colegios pasaban a ser centros de autoanálisis o grupos terapéuticos donde los niños hablaban de sus sentimientos. Metodología diseñada para que los participantes se crean la única autoridad de sus vidas, alejándolos de la familia y de cualquier círculo parental, eliminar los valores morales y fortalecer el modelo social propuesto por esta nueva ola marxista.

Ya vimos cómo peligrosamente los miembros de la Escuela de Frankfurt habían atacado a la familia y ahora a la figura del individuo en la sociedad, suplantándola con la del colectivo, cumpliendo así sus metas trazadas a lo largo del tiempo.

Toda esta fuerte campaña de los proyectos “Radio” y “Escuela” da paso a un nuevo tipo de hombre americano: el Hippie. Al que podemos describir como un ser joven, contrario a cualquier tipo de orden establecido y  producto de un nuevo y deficiente sistema educativo sumado a programas de televisión, radio y artículos de prensa que mostraban la superioridad intelectual de los hijos y la estupidez de los padres; la imagen de la mujer fuerte e inteligente que no quería ser madre y sobretodo el sentimiento de culpa del hombre blanco, heterosexual (síndrome del mea culpa antes mencionado) donde la cultura y civilización occidental eran la raíz de todos los males del mundo.

Otro estudio que pusieron en práctica fue la “Teoría Crítica” (muy importante como veremos más adelante) que en realidad no es más que una teoría que apunta a la destrucción de cualquier concepto que vaya en contra de sus intereses y así, nivel por nivel, de la cultura occidental, poniendo en escena a los “gay studies”, “woman studies” o los “black studies” como centros de pensamiento en casi todas las universidades de Norteamérica para nutrir la doctrina de la “corrección política” que, como ya fue dicho, es su arma social. Podemos sacar como conclusión parcial que los francfortianos no tienen una idea de futuro, solo apuntan a la destrucción del capitalismo y la sociedad burguesa, para dejar el camino libre al marxismo ortodoxo que si sabrá que hacer una vez termine todo ese ciclo de destrucción cultural.

Y a lo mencionado anteriormente los pensadores de esta escuela ponen énfasis en la destrucción del Padre como figura de autoridad en la familia, y aunque no tienen un pronunciamiento claro sobre cuál es el tipo de sociedad que debe sustituir a la actual, hay algunos, como Wilhelm Reich, que se atreven a dar una idea vaga al respecto, mencionando que la próxima sociedad se debe basar en una teoría matriarcal, no por un fundamento estudiado sino por considerarla un extremo opuesto a la sociedad actual (antítesis).

Toda jerarquía está basada sobre la prepotencia por un lado y la sumisión por el otro. La familia es una fábrica de la ideología reaccionaria en la que el padre es el ser superior ante quien el niño es obligado a identificarse masoquistamente… (Theodor Adorno)

La masculinidad y la femineidad no son reflejos de diferencias sexuales esenciales como creían los románticos. En vez de ello, derivan de las diferencias en las funciones de la vida, que son en gran parte determinadas por la sociedad. (Eric Fromm)

Para la realización de toda esta enredadera muy bien planificada por la Escuela ellos proponen esta suerte de catecismo frankfortiano:

  • Incluir en el Código Penal una nueva tipología de delitos y faltas calificables de homófobos, racistas y/o xenófobos.
  • Introducir la enseñanza sexual y de la homosexualidad en las escuelas.
  • Socavar la autoridad parental y profesoral.                                                
  • Destruir la noción de las identidades nacionales a base de  menosprecio y ridiculización de los conceptos de patria, heroísmo patriótico y de las respectivas Historias Nacionales y las gestas en ellas.
  • Complementariamente, impulsar la inmigración masiva.
  • Fomentar la tolerancia hacia el consumo de drogas y la ingesta de bebidas alcohólicas.
  • Vaciar los templos.
  • Poner en marcha un sistema legal arbitrario, muy garantista, con un sesgo favorable al infractor, por ende perjudicial para las víctimas.
  • Promover toda suerte de subsidios y beneficios estatales para grupos y personas con el objeto de crear un alto grado de dependencia por parte de los beneficiarios: material primero y políticamente después como consecuencia de la primera.
  • Control y ‘atontamiento’ mediático.
  • Denigrar y socavar la institución familiar.
  • Negar cualquier diferencia esencial entre hombres y mujeres. 
  • Defender la idea de la liberación sexual y de la absoluta autonomía femenina en temas como la contracepción, el aborto y la maternidad, siendo esta última un mero residuo, es decir, lo que resulte tras la aplicación vigorosa de las dos primeras.

Si bien parece el extracto de una novela conspiranóica no es necesario mirar mucho alrededor para ver que esta agenda se está cumpliendo fielmente no solo desde las universidades sino desde los gobiernos centrales de casi todos los países, bajo iniciativa propia o por presión de organismos internacionales.

Herbert Marcusse, el intelectual impulsor de la «nueva izquierda» detrás del Mayo Francés / WEBS

HERBERT MARCUSSE Y EL NEGATIVISMO

En nuestros días vemos con mucha fuerza que el argumento de estas minorías es victimizarse para justificar sus actos, el negro es víctima del blanco, la mujer es víctima del hombre, el gay es víctima del heterosexual, los hijos son víctimas de los padres, etc. El victimismo es un medio para justificar la violencia de los primeros contra los segundos y el ideólogo de este modelo es Herbert Marcusse, uno de los pensadores más exitosos de la escuela y que dedicó su obra a afinar los postulados de Adorno, Fromm y Horkheimer, creando, con esta mezcla de sentimentalismo y victimismo, la base sólida de este constructo social como es el Hippie, que vendría a ser el reemplazante del obrero explotado europeo como carne de cañón de la revolución marxista.

La importancia de Marcusse para la escuela no solo se limita en haberse convertido en el líder de la revolución americana, de esa nueva izquierda que no necesitaba armas, o en el uso de éste de frases simples pero emotivas que llegaban con fuerza a esta nueva generación hippie, como ejemplo: “haz el amor y no la guerra”. Sino en haber sido el conducto de llegada de las ideas francfortianas a la sociedad americana, específicamente jóvenes muy confundidos y adoctrinados gracias al éxito del proyecto Radio, y de crear el concepto de la “Tolerancia Liberadora” que no consistía en otra cosa que llamar intolerante a todo aquel que no esté a favor de sus ideas, que no eran más que los postulados de la Escuela. “La sociedad americana era decepcionante en todos sus sentidos” decía él para justificar su dogmatismo.

Tal fue la influencia de Marcusse en la propagación de las ideas de la Escuela de Frankfurt, primero en USA, su propagación por el resto del continente y posteriormente en Europa y el llamado “Mayo Francés”, que en muchas pancartas se leía: Marx, Mao y Marcusse

Ya en Europa de regreso para ayudar en la desnazificacion del continente la Escuela de Frankfurt confirma su tesis de que el proletariado no era ninguna clase especial y que sus problemas se ven solucionados cuando existe abundancia de bienes, coincidiendo con sus enemigos naturales, los burgueses, en admisión de su propia redención.

Es fácil entender que el capitalismo seguiría siendo el enemigo, así éste solucionase todos los problemas del mundo, lo que demuestra la irracionalidad de sus ideas y el sin sentido de su lucha por un mundo mejor que era lo que justificaba para ellos la destrucción de toda la civilización como la conocíamos

Fervoroso defensor de la “Teoría Crítica” toma el timón de la Escuela de Frankfurt Jurgen Habermas, que a diferencia de Marcusse usa un lenguaje complicado, vacío, pero que gracias al trabajo de degradación intelectual que hizo su antecesor, es aceptado aun así no sea entendido completamente, es necesario enfatizar que Habermas es un declarado y decidido “Mundialista,” consciente que es mucho más fácil para un francfortiano posicionado llegar de un solo esfuerzo a varias naciones previamente vaciadas de sentimiento patrio y adoctrinadas desde sus bases.

Otro de los motivos de éxito de la Escuela, es la implementación del “Pensamiento Negativo” según el cual todo es criticable y fiel al modelo francfortiano: también es destruible.

Oponiéndose a la tesis de Marx que decía que, “el análisis crítico debe ser seguido por una acción concreta de transformación” la Escuela de Frankfurt respondía: “la teoría se emancipa de la praxis”. Y es que los miembros de la Escuela siempre tuvieron el cuidado de no pasar a la acción física, por lo que fueron acusados de poco comprometidos por los marxistas radicales.

Nos vamos dando cuenta que la Escuela de Frankfurt tiene como fin la destrucción desde el “Pensamiento Crítico” de todo lo relacionado a la civilización occidental: familia, individuo, religión, moral. Pero no nos muestra luces de lo que piensan para el mundo después de realizados sus objetivos, ésta es la figura del poder estéril que al mejor estilo de alguien resentido, reniega y quiere destruirlo todo.

Como vimos más arriba, los pensadores de esta escuela no incursionaron nunca en política, pero notamos su influencia absoluta en la sociedad, en la psique, y en el pensamiento colectivo.

La Escuela de Frankfurt apostaba más fuerte en su necesidad de llegar a las personas, por las buenas o por las malas, y lanzaba su teoría de “La Acción Afirmativa” para cerrar el círculo y, mediante el miedo, callar a quienes no habían podido convencer con sus estudios pero ¿Qué es “La Acción Afirmativa”?. Es el camino, dicen, para eliminar la “desigualdad” en el mundo, que según ellos, es la causa de la pobreza y la discriminación. La Acción Afirmativa vendría a ser un conjunto de acciones para terminar con el concepto de ”Individuo” o al menos convertirlo en algo negativo, digno de rechazo. Y pasamos de ser seres únicos, con virtudes y defectos, a ser objetos creados en serie, todos iguales. Un nuevo mundo en el qué si una persona supera a otra de acuerdo con sus capacidades debe ser rechazada por la sociedad, acusada de egoísta o discriminadora. Violando la ley natural donde el ser humano es discriminador por naturaleza y dando lugar a lo que hoy conocemos como “Hate Crimes” en el hemisferio norte y “Crímenes de Odio” en el sur. La implementación de la Dictadura de la Corrección Política en pleno, esa dictadura de la censura es el punto de inflexión para que todos los valores culturales cambien a título de “tolerancia”.

Es normal que muchos de sus conceptos en realidad signifiquen todo lo contrario, tal es el caso de la “Acción Afirmativa” que no es más que la aplicación de la “tolerancia liberadora” de Marcusse, aplicando el terror moral, intelectual y hasta judicial; el miedo de pensar fuera del cuadro diseñado por estos personajes para no ser presa de escarnio público, que no es más que la demostrada corrección política, arma que sirvió a la Escuela para introducir sus teorías sin necesidad de responder a quienes opinasen distinto a ellos; bastaba con llamarlos “intolerantes”.

Cuando Freud aceptó los postulados de Marx no imaginó que agregaría el factor cultural a esa «nueva» corriente socialista / WEBS

CONCLUSIONES

Si bien en la actualidad existen posturas que niegan la existencia del Marxismo Cultural, no es necesario ver mucho más allá de nuestra realidad para encontrarnos con pruebas de su existencia y alcance de sus ideas.

Cabe mencionar que si bien Marx creía necesaria la “reinvención” de la sociedad, él era un convencido de que la primera fase debería ser realizada de forma violenta y con los obreros muriendo en primera línea. Es Antonio Gramsci el gran cerebro detrás de toda esta ola de destrucción que de forma correcta debería llamarse Gramscismo Cultural.

Desde Marx y Engels que apuntaban a la destrucción de la familia para igualar a todos sus miembros a la simple calidad de obreros del Estado, previa toma del poder mediante una revolución armada, pasando por Gramsci y Lukács, que podríamos considerar los reinventores del marxismo, Fromm, Adorno, Horkheimer, llegando al célebre Marcusse y Habermas, la Escuela de Frankfurt nunca traicionó el proyecto con el que se había fundado.

Sus estudios como la “Teoría Critica”, el “Pensamiento Negativo”, la “Acción Afirmativa”, “La Dinámica de los Prejuicios”, “La Personalidad Autoritaria”, etc. Tenían como enemigo al capitalismo que tanto odiaban y culpaban de los males del mundo, y a toda la forma de vida que, gracias a este sistema económico, el hombre había alcanzado, que estos pensadores veían reflejada en la cultura occidental representada en la familia, en la iglesia y en los valores morales. La reivindicación de minorías supuestamente excluidas nunca fue un fin sino un medio para obtener lo que ellos anhelaban para sus propios intereses, al lograr hacer un frente común contra esos enemigos inventados: el hombre blanco primero y el individuo finalmente.

Vemos en la “Ideología de Género”, en la “Corrección Política”, y en olas que van creciendo como el ambientalismo o el animalismo corrientes que, sin que muchos se den cuenta, apuntan a destruir al capitalismo, al concepto del ser humano como ser superior, a la generación de riqueza como forma de protección de nuestras familias y de la especie, dando paso a un nuevo tipo de hombre mediocre, libertino, sin aspiraciones, sin metas, sin valores, sin responsabilidad pero muy obediente de entes superiores bien diseñados.

ÁLVARO ARTEAGA E. ES INGENIERO DE SISTEMAS CON ESPECIALIDAD EN CIBERSEGURIDAD – PRESIDENTE DEL INSTITUTO LIBREMENTE

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